Miembros de la Policía
Nacional de Colombia posan junto al cadáver de Pablo Escobar.
Tras la fuga de
Escobar, las autoridades colombianas crearon el Bloque de búsqueda,
un cuerpo conformado por la Policía
Nacional, el ejército y
los cuerpos
antidroga de Estados Unidos. El Bloque de Búsqueda se entregó a la
tarea de localizar a Escobar hasta que, después de un año y cuatro meses de
intensas labores de inteligencia, el 1 de diciembre de 1993,
consiguió rastrear y localizar seis llamadas que Escobar le hizo a su hijo. Al
verse acorralado intentó escapar, pero murió durante la huida de un disparo en
el corazón. No obstante, de su muerte existen varias hipótesis:
· Fue acribillado por
un escuadrón del Bloque cuando intentaba huir, esta escena se representa en un
celebre cuadro de Botero.
· Se suicidó mediante
un disparo en la parte baja del oído, lo cual se vio en la exhumación del
cadáver; esta versión coincide con el lema de los Los Extraditables: "Preferimos
una tumba en Colombia a una cárcel en Estados Unidos".
· Un francotirador del
grupo los "Pepes" o del Bloque de Búsqueda le disparó. Este
disparo fue hecho por un oficial de la DIJIN llamado Fidel Ríos Gonzáles que
formaba parte del Bloque de Búsqueda.
· El coronel Hugo Heliodoro
Aguilar, que lideró el grupo de asalto que llegó a la casa, dio el
tiro de gracia a Escobar. Previamente unidades de inteligencia de señales de la
DIJIN habían localizado mediante tecnología francesa y británica adquirida por
la Policía Nacional en 1991 y operada por oficiales y suboficiales de
inteligencia de la Policía Colombiana. En una entrevista con Gilberto
Rodríguez Orejuela se dice que éste ayudó a la compra de dicha
tecnología.
· También se dice
que Carlos Castaño Gil,
máximo líder de las Autodefensas
Unidas de Colombia (AUC) fue el responsable de la muerte de
Escobar, según una confesión de un paramilitar llamado Antonio Hernández,
conocido por el alias John.
La muerte de Escobar
generó distintas reacciones: su familia y sus protegidos lloraron su muerte, y
a su entierro asistieron miles de personas, en su mayoría de los barrios pobres
de Medellín. Pero la prensa y el gobierno lo consideraron un triunfo en la
lucha contra las drogas y el principio del fin del tráfico de estupefacientes,
lo cual no sucedió hasta la fecha; hoy en día paramilitares, guerrilleros y
grupos de delincuencia organizada conocidos como Bacrim (Bandas criminales) se
disputan el negocio del narcotráfico.
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